1.- Separar la cabeza del
cuerpo. Con un cuchillo de chef, hacer un corte oblicuo justo detrás de las
aletas laterales. Dar vuelta el pescado y repetir la operación. De este modo,
la cantidad de carne que se desperdicia por quedar adherida a la cabeza es mínimo.
2.- Abrir el vientre y quitar el peritoneo
tirando de él con las manos.
Si es necesario, usar papel absorbente para
poder sujetarlo sin que resbale.
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3.- Con un cuchillo de oficio, retirar la
vejiga natatoria (cordón que recubre el espinazo). Con una cucharita, quitar
los coágulos de sangre que pudiera quedar.
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4.- Desprender el espinazo pasando varias veces
los dedos entre él y la carne. Quebrarlo al llegar a la zona caudal, donde se
angosta.
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5.- Ubicar el pescado con la parte caudal hacia
atrás y la parte dorsal hacia la derecha. Apoyando la mano izquierda sobre el
lomo, estirar la piel. Hacer una primera incisión por debajo del espinazo, en
toda su longitud. Practicar una segunda incisión por arriba.
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6.- Profundizar la segunda incisión y retirar
el filete superior. Separar el espinazo del filete que quedó apoyado contra
la tabla. Trabajar con un cuchillo paralelo a la tabla, deslizando la lámina
por debajo del espinazo.
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7.- Chequear los bordes de los filetes.
Controlar que no queden espinas. Quitar cualquier rastro de peritoneo o carne
rojiza. Efectuar un corte en "V" para retirar las espinas que
quedan en la parte delantera de los filetes.
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8.- Ubicar cada filete con la piel hacia abajo
y la parte caudal hacia la izquierda. Empuñar el cuchillo flexible dejando el
filo hacia la derecha. Dándole una pequeña inclinación, deslizar la lámina
entre la carne y la piel, mientras se tira de la piel.
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